jueves, 14 de junio de 2012

¡Condió don Javié! ¡Zuerte, zeñorito!...

“Algunos dicen que lo había pedido y otros que se lo habían impuesto”. El argumento no se refiere, por más que pueda parecerlo, al rescate de la banca, sino al del “campeón”, que ha ido ganando victoria tras victoria hasta la derrota final. No es un escape. Es un rescate y ha sido Rajoy el que ha intervenido el partido en Andalucía, unos minutos antes de que se montara la gresca congresual.
Arenas se ha dado cuenta, por fin, de que había tocado el techo. O tal vez se lo hayan hecho ver, indisimuladamente, algunos compañeros de su partido, quienes aún no se han recuperado del chasco del 25M, sufrido tan inesperadamente que aún hay quien se pellizca para podérselo creer. Rajoy, pues, le ha rescatado. Se llevan fuera a quien debía defender en Andalucía una suerte de recortes completamente infumables y tenía que explicar a las andaluzas y a los andaluces que todo lo que había prometido en la campaña electoral era sencillamente mentira. Dijo que no tocaría la sanidad o la educación. Dijo que las políticas sociales eran sagradas. Desde Madrid quieren acabar con todo y en Andalucía nos quedamos quienes no estamos dispuestos a aceptar que reduzcan a una mueca el estado del bienestar. Otros, ya ven, se los llevan o se marchan.
Esta marcha súbita y repentina es la confirmación del fracaso de las políticas del PP para Andalucía quien apunta una crisis de calado en el PP andaluz.
El campeón-presidente ha nombrado heredero a uno que pasaba por allí para que conduzca al partido hasta el congreso del verano. Se trata de otro –al- rescate. Y ya se sabe que en la derecha no necesitan de asambleas de base o decisiones orgánicas para la elección de dirigentes partidarios. Lo malo es que a los muchos cargos en el partido del nuevo subcampeón, hay que añadir el de Alcalde de Sevilla, parlamentario andaluz, presidente de la FEMP y, ahora, organizador sustituto de un congreso con conflicto.
El dedo campeón quiere que el “efecto” Zoido haga el milagro de digerir unos resultados electorales que han sentado tan mal que algunos no superan todavía la dura realidad. Porque por mucho que había prometido el nuevo jefe en funciones su dedicación exclusiva a Sevilla, super Zoido no tendrá más remedio que faltar a su palabra porque la sobrecarga de sobrecargos y sobrencargos convertirá la presunta virtud del efecto Zoido en el “d-efecto” de la poca dedicación. ¡Condió don Javié! ¡Zuerte, zeñorito!...

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